TRENES y algo más
por "Ternaskus"
Estaciones y Vino
Del Mediterráneo al Cantábrico y vuelta
por tierras de aragón
Muy cerca de Longares, la estación de Cariñena da la bienvenida al viajero.
La estructura de este edificio edificio es muy peculiar, y unicamente se encuentran similares en el resto de estaciones de la línea de Zaragoza a Caminreal.
La Compañía del Central de Aragón, cuando construyó este trazado, contrató a los mejores arquitectos para que diseñaran unas edificaciones que estuvieran en consonancia con la estetica de la zona.
Son estaciones muy blancas, de una sola planta, con grandes columnas redondas formando sucesivos arcos bajo su marquesina.
Los relojes que se encuentran en su fachada son de una gran calidad, a pesar de ser mecanicos. La perfecta armonia que forman sus relojes con esas grandes columna, rematan el conjunto ferroviario de las estaciones de esta línea.
En Muel también es posible admirar su peculiar ermita de la Fuente y, en general, todo el conjunto morisco de sus calles.
El paisaje de esta línea es el genuino del Campo de Cariñena; la vía se encuentra bordeada por parcelas de cultivos de cereales y vid. Su clima seco le da un aspecto bastante frio y agreste.
Tras el apeadero de Arañales de Muel , Longares tambíen merece una detenida visita. Se trata de un curioso pueblo totalmente rodeado de muros defensivos que, en su interior, destaca una torre típicamente árabe.
Quien quiera comer muy bien, en una estancia previlegiada, es preciso acudir al restaurante "La Rebotica", en Cariñena. Este local fue anteriormente una farmacia tradicional o "botica", y su decoración interior ha intentado conservar todo el sabor de su actividad anterior combinado con detalles de la comarca.
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Dejando atrás Cariñena, y con dirección a Teruel, el tren avanza a Encinacorba (estación que, por estar en una pronunciada curva y tener vías cortas, ha sido siempre difícil para los agentes de circulación), en los límites del viñedo y el encinar.